Mucho revuelo se está armando últimamente con dar la teta en público. Entre a
esta pobre mujer, a la que multaron incluso por dar la teta en la piscina (y a la cual puse pegas al principio, lo reconozco) y
esta otra, en pleno restaurante pijo, me planteo muchas cosas.
¿Es natural y normal dar la teta en público?
Natural tiene que ser, porque no hay otra manera de alimentar al
bebé si su hambre te pilla fuera de casa. Normal, por desgracia, no lo es tanto.
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Normalizando la lactancia materna |
¿Y por qué no es normal dar la teta en público?
- Principalmente, porque se dejó de hacer hace un siglo, y hemos perdido la costumbre.
- Porque siempre llevamos el pecho tapado (excepto en playas y piscinas con apartados específicos para topless), y claro, el personal se nos asusta, ruboriza, escandaliza, y demás. Sí, es una actitud hipócrita porque los anuncios nos muestran tetas por doquier, o cómo se coloca un tampón, y porque si la moda nos dicta que se debe mostrar el tanga o el sujetador, lo hacemos sin plantearnos nada más.
- Y porque nosotras somos las primeras en no querer amamantar. El otro día, hablando con una embarazada, le pregunté: «¿y tienes pensado darle el pecho?» A lo que me respondió: «bueno, sí, lo intentaré». Le recomendé el libro de Carlos González, Un regalo para toda la vida, y me miró como si le estuviera vendiendo corbatas de los testigos de Jehová. Así que intuyo otra lactancia fracasada. Amamantar tiene una parte de instinto, pero muchísimo de aprendizaje y práctica, como nos ocurre siempre a los seres humanos. Eso implica un esfuerzo por aprender de la madre, fundamentalmente, porque el bebé se dejará guiar y mejorará con la práctica. Antes rodeaban a la recién parida las abuelas, las vecinas, las amigas, estaban pendientes de ella y aconsejando. Hoy en día, o te buscas la información por tus propios medios (libros, matronas, reuniones con asesoras de lactancia, médicos que sepan del tema), o el fracaso es bastante probable.
Y entonces, ¿qué hacemos?
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Encima la Super es más barata esta vez. |
Existen madres que se convierten en buenas asesoras de lactancia, y a las que les agradezco mucho su labor. Pero quizá no todas tengamos esa posibilidad y, además, no parece ser suficiente.
Otras opción es difundir información alrededor, principalmente a las futuras madres o las que, por desconocimiento, no hayan mantenido la lactancia materna en hijos anteriores (si no lo han mantenido por otros problemas, siempre podemos remitirles a asesoras de lactancia).
También podemos predicar con el ejemplo amamantando en lugares públicos, en lugar de llevarnos el biberón, como prefieren algunas madres. En mi caso, no tengo demasiado pudor generalmente pero cuando voy con Monstruo, la cosa cambia (es una historia larga de explicar), y me cubro con un pañuelo. Y aún así, aunque me tape, cualquiera que mire puede saber qué estoy haciendo.
Y no rendirnos cuando nosotras tengamos problemas. Yo aún no puedo quejarme demasiado, excepto por el
famoso frenillo lingual. Y aunque no llevo ni cuatro meses con la lactancia materna exclusiva, ya me han llovido críticas por no darle cada 3 horas o por no darle agua en verano y tener que estar con la teta fuera. La clave también está, creo, en confiar en una misma, y saber que lo está haciendo bien.
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Esta es la idea. Y si existen problemas,
¿para cuándo unos bancos de leche materna más generalizados? |
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