Querido Morfeo:
Ya sé que esta es la época de escribir cartas a los Reyes Magos o a Papá Noel. Pero es que esto es urgente y seguro que te estás aburriendo ahí arriba en el Olimpo, desde que por aquí abajo decidimos que ni tú ni tus colegas existíais. Además, considéralo solidaridad de monstrua terrenal a monstruo del Olimpo.
Lo que pasa es que han llegado a mis oídos ciertas habilidades que se te presumen, como la de ser capaz de dormir a una ardilla que tenga tres tazas de café en el cuerpo. Para ello, no te hacen falta ni Estivill, ni Jové, ni González, ni Gutman, ni la lectura de
El Señor de los anillos, ni el discurso del rey en Nochebuena, ni gaitas. Tú solito te bastas y te sobras para patear al mundo de los
sueños a cualquiera.
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Es que hasta para presentarse… |
Pero, por favor, ¿no podrías repartir tus «gracias» un poco mejor? Te cuento: Monstruita últimamente decide que su hora de acostarse es a las doce de la
noche. Sin embargo, aquí la que suscribe, ya se iría tan contenta a la cama a las diez.
Como creo en ti, oh poderoso Morfeo, dios entre dioses, he realizado varios sacrificios con mi propia hija para que no tengas celos de lo que un tal
Abraham hizo por otro colega tuyo. Incluso me he sacrificado a mí misma en plan heroína total.
A continuación, te enumero los sacrificios conllevados para que los tengas en cuenta:
- La he dejado en la cuna llorando hasta que no he aguantado más.
- La he dejado a oscuras y sin estímulo alguno.
- La he quitado la siesta de la tarde.
- La he cantado nanas hasta que me han estallado las cuerdas vocales.
- La he paseado en el carro por toda la casa hasta levantar el parqué y poder saludar a los vecinos de abajo.
- La he tenido en brazos hasta que me los han tenido que escayolar para poder volver a sostener algo.
- Entre otros que no escribo para no aburrirte en demasía.
Además de ver que soy laísta, puedes ver, oh siempre sabio Morfeo, que solo me falta el clásico de salir a dar vueltas en coche o utilizar narcóticos. Y todo para que, al final, Monstruita siga fresca como una lechuga sin apenas dormir hasta altas horas de la noche, mientras que yo daría lo que fuera por sobar la almohada un par de horas antes.
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En medio situad una Monstruita con apenas meses,
y el resultado es el mismo. |
Yo entiendo, oh Morfeo entre los Morfeos, que tienes trabajo a espuertas a pesar de la crisis, pero déjame explicarte que la cosa suele ir al revés o, al menos, eso dicen los libros: los bebés se duermen primero, y los adultos después.
Sin embargo, si te resulta difícil y te pillo un poco mal de recursos ahora mismo, solo te pido una cosa: dame la misma droga que ella toma para aguantar.
Con devoción,
Monstrua
– Una sufrida madre –
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