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Dar cela, pulir cela |
A estas alturas de la película, ya sabemos que todo el mundo tenía razón, y que tener un bebé es bonito a la par que trabajoso. Pero… ¿Y la pareja, qué pasa con ella? Bebé a la vista, pareja que va lista y vamos a explicar por qué.
- Detalles cotidianos: como el agua del baño, que siempre está fría según mi criterio, y caliente según el del Monstruo. El termómetro no sirve como árbitro objetivó e imparcial, somos así de cabezones. Al final, suele decidir el que la baña y, si somos los dos, intentamos llegar a un acuerdo express. También entran en esta categoría si ahora le ponemos pañales de tela o desechables siempre o sólo a veces. O si se la viste mucho o poco (relacionado, de nuevo, con las sensaciones térmicas)
- Criterios de crianza: Si Monstruita duerme en nuestra habitación o no, una vez que el moisés se le quede pequeño. O si se la debe dejar llorar o no, cuándo y cuánto. Si compramos y usamos portabebés o no. Si usamos chupete, y así podríamos alargar la lista, parafraseando a un grande, hasta el infinito y más allá.
- Aspectos organizativos: quién se encarga de cocinar hoy, o quién la lleva al pediatra, o cómo nos las apañamos si Monstruo quiere quedar con alguien y yo quiero ir a nadar, o quién le corta las uñas…
Estas cuestiones que seguro que tenéis muy claras los que pasáis por aquí y las leéis, no lo son tanto cuando toca compartir y que el padre/madre decida también. En algunas llegamos a acuerdos bastante rápido, en otras nos cuesta un poco más, y en otras arde el Sacro Imperio Romano. A veces ambos tenemos razón, a veces ninguno, y otras nos toca volver a alguno con las orejas gachas.
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