¿Cómo se apaña una madre introvertida? Los introvertidos tenemos fama de huraños, anacoretas y tristes de la vida. Pero ¡eh! ¡Resulta que nos reproducimos y prolongamos nuestros genes poco adaptados! ¿Cómo es posible? ¿Exitirán las madres introvertidas?
Yo me pasé toda la vida pensando que era tímida. Pero no. O sea, sí, vale, soy tímida aunque he aprendido un poco con el paso de los años a socializar con el resto de la humanidad a nivel usuario básico. Pero lo mío es más profundo, soy introvertida. Eso significa que me gusta estar con la gente y compartir actividades y aficiones como cualquier ser social pero necesito mi espacio, mi tiempo dedicado a mirar al techo, escribir, leer, dibujar, jugar con el móvil SOLA.
Cuando una vive sola, es fácil. Cuando una tiene pareja sigue siendo fácil. Pero cuando una se convierte en madre y tiene hijos ¡la cosa cambia! Los hijos no saben qué es eso de la introversión ni que mamá es un ente con necesidades propias. Así que en mis escasos cuatro años de maternidad he tenido que aprender y utilizar distintas herramientas para sobrevivir. Os dejo con ellas:
1. Saber que eres introvertida.
Parece de perogrullo pero no todo el mundo lo asumimos o llegamos a esa conclusión. Saberlo nos hará poderosas/os para saber qué necesitamos y cómo conseguirlo. Y también qué no necesitamos, por supuesto. Por ejemplo, no necesitamos tener actividades cinco días a la semana con los niños ni acudir a fiestas sociales todos los fines de semana.
2. Deja que se encargue otro/a un ratito de los hijos.
Tu pareja, la abuela, los tíos, la vecina, los primos… Seguramente estás rodeada de personas que no les importaría estar una horita con tus hijos. Con una hora a la semana bastará, estoy segura. A veces se convierten en una burbuja de emergencia para madres introvertidas. Mientras llega esa hora puedes sacar tiempo diario para revargar energías después de que se duerman o incluso mientras juegan solos un rato.
No tengas miedo de que te tachen de mala madre, te critiquen o crear un mal modelo para tus hijos. En ocasiones es una ventana al respiro, a ese ratito que necesitamos con nosotras mismas y que no podemos tener. Gracias a esos minutos en tu mundo podrás volver con paciencia renovada a la realidad y disfrutar de tus hijos en lugar de andar soltando malos humos por las orejas.
4. Pídeles ese momento de «recargando introvertido» a tus hijos.
Para mí el momento tranquilo puede ser el de la comida, o de la cena. Intento comer/cenar en paz con ellos pero los «mamá, ¿me cortas este trozo que es muy grande?» o «aaaahhh, gutata atá pomota» (o sea, «esto quema) o «quiero agua, mamá» o «gamime tuti nano» («no quiero más, bájame de aquí, por favor») impiden que pueda comer sin levantarme de la silla. (Nota: el del idoma que se parece al esperanto es Monstruito, que aún no controla bien esto de hablar en español).
Con lo cual no recargo la
energía que necesito para seguir con ellos el resto de la tarde o de la noche (que según la siesta, puede ser una noche larga hasta que se acuesten). Así que primero les pido, por favor, que se vayan a jugar al salón. Si no ocurre así y mi paciencia está al límite, me pongo muy seria y les pido que me dejen terminar de comer sola, que lo necesito, que estoy cansada y que luego voy. La primera vez les cuesta pero las siguientes veces lo suelen recordar. Les ha tocado una madre introvertida, qué le vamos a hacer.
5. Asume que tu tiempo de recarga es significativamente menor que antes de tener hijos.
Cuanto antes lo asumas, más fácil lo tendrás. Esto significa que ser madre introvertida consiste en cargar de manera exprés las baterías en los escasos momentos que encuentres. Así que cuando te encuentres ante uno de esos raros tiempos, no procastines y aprovecha.
6. Prioriza y di NO.
Por mucho que te encante colaborar con el AMPA, seguir ese curso de cómo ser feliz pelando cebollas, decorar hasta el último detalle la cocinita de cartón que estás haciendo o quedar con otras madres con hijos de vez en cuando pregúntate: ¿realmente eso te ayuda a recargar las pilas como madre introvertida? ¿O es una tarea a realizar cuando estás bien porque requiere energía?
A veces es necesario decir que no a los planes que nos surgen por muy apetecibles que parezcan. Somos humanos, tenemos un límite y está bien saber cuál es para no sobrepasarlo.
Y hasta aquí los seis consejos. Inviertiendo los términos podrían servir incluso para madres extrovertidas. Pero eso que nos lo cuenten ellas. Tanto si eres introvertida como extrovertida puedes dejar lo que te funciona a ti en los comentarios. ¡Y a seguir criando!
Bonus: aquí os dejo un breve artículo sobre personajes famosos introvertidos.
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