Aviso: post técnico.
Antes de quedarme embaraza de Monstruita, nadaba e intentaba tomármelo más o menos en serio. Fue justo cuando dejé de nadar durante un par de semanas, cuando Monstruita decidió que era su oportunidad. Pero, ¿cómo será la natación tras el parto?
Durante las primeras 12 semanas no hice más que vaguear y evitar los mareos. Después, el resto del embarazo,
retomé la natación y aproveché para mejorar la técnica.
Pero… ¿qué pasa con la natación tras el parto tras el parto? Pues tras el parto pasan muchas cosas:
1.- Estaba hecha una piltrafilla y bendecía cada minuto al hombre o mujer que inventó eso de la cuarentena.
2.- Tenía un desgarro cicatrizando, lo que nos lleva al punto 1.
3.- Estar cinco minutos de pie, me cansaba.
Viendo el panorama, ¿cómo y cuándo narices empiezo a nadar de nuevo? Pues leyendo por aquí y por allá, decido planteármelo cuando me encuentre bien. Así que, a eso de los dos meses del parto,volví al agua.
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No tiene nada que ver pero… está chula la imagen, ¿eh? |
Para ello, cuento con la ayuda de Monstruo. Le doy la teta a Monstruita, salgo volando y, tras hora y media, vuelvo para la siguiente toma, a veces tarde, porque Monstruita demanda antes, según la dé. Además, Monstruita tiene la capacidad mágica de saber cuándo me he ido, para echarme de menos antes en forma de lloros continuados.
Compruebo que en hora y media, solo me da tiempo a nadar media hora. Entre idas, venidas, y ducha tras el nado, el tiempo ha volado.
En la piscina, veo que me siento torpe, que me siento como si luchara continuamente con el agua y que nadaba más rápido y mejor con barriga. Lo cual, obviamente, no puede ser. Algo debía estar fallando.
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Más o menos así me sentía en el agua |
Leer cosas como
esta, no ayudaba, más bien me frustraba. Así que tuve que rediseñar mi plan y tener en cuenta algunos detalles:
- Mola mucho no tener que controlar las pulsaciones y poder pasar de 140, ahora que no tengo a Monstruita dentro. Pero así tampoco gano nada tal y como estoy. Así que,
- es mejor centrarse en hacer series de 200 metros (o de 500 metros, pero es que todavía no me da el cuerpo ni la mente para ello), lentas, centrándome de nuevo en la técnica, adaptando esa técnica que perfeccioné durante mi embarazo a mi nuevo cuerpo.
- Solo me da tiempo a nadar 1000 metros, con 5 minutos más de estiramientos. Entre que nado más despacio y entre que solo tengo media hora para nadar, no me da pa’ más. Así que lo mejor es asumirlo e intentar aumentar la frecuencia semanal de las visitas a la pisci (que, por el momento, es de dos a la semana).
- Además, mi cuerpo a veces me responde manera extraña: como aquella vez cuando, de repente, no podía hacer la patada de braza porque me dolía en la cara interna del muslo. Luego, tal y como vino, se fue. O como cuando se me pone el corazón a mil cuando respiro cada 3 brazadas, porque durante el embarazo respiraba cada dos, y mi corazón me dice que a dónde voy, que lo otro era más cómodo.
Quede claro que mi objetivo al realizar la natación tras el parto no es recuperar la figura: no sé cómo ni por qué, me quedé como antes del embarazo al mes de que llegara Monstruita. Mi objetivo es ir retomando la forma física y una de las aficiones que tenía antes, con la consiguiente salud mental.
A todo esto, no encuentro mucha información sobre nadadoras amateur (o masters) que volvieran a entrenar tras dar a luz. Supongo que, como en otros aspectos relacionados con el propio cuerpo, lo mejor es escucharse y hacerse caso.
Buen finde.
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Las hay que nacen con ventaja |
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