
- Nada de movimientos bruscos. Por supuesto, nada de tirarse al agua, ni de cabeza, ni de ninguna otra manera, ni nadar a mariposa. Pero este punto incluye el impulso que nos solemos dar con los pies en la pared de la piscina: no es que no se pueda, es que si decidimos hacerlo, debe ser suave. Y nada de volteos, que os veo venir.
- El nado a braza debe ser relajado. No se debe abusar, porque sobrecarga las lumbares, pero es un buen ejercicio para músculos que luego intervendrán en el parto. Y la patada, que sea suave, porque podéis terminar notando cómo os tira del abdomen al cabo de algunos largos.
- Desde que empecé, estoy haciendo entre 1500 metros y 2000 metros, en tres sesiones a la semana. Aún estoy en el quinto mes, camino del sexto, por si os sirve de referencia.
- Muchísimo cuidado con los golpes, tanto de las personas que nadan en la misma calle, como de las personas de las calles vecinas. De hecho, esta medida provoca que nade menos de espalda, y lo deje solo para cuando esté totalmente segura de que no voy a encontrarme con nadie, ni en mi calle, ni en la adyacente.
- Controlarse las pulsaciones. Al principio, cada cien metros más o menos. Cuando las sepamos, podemos hacer series más largas hasta contarlas de nuevo. Y controlarlas cada semana, más o menos, porque nuestro cuerpo sigue cambiando.
- Estirar bien, muy bien. No solo porque les va a venir estupendo a los músculos que hemos trabajado, sino porque otros músculos que intervendrán en el parto, se van a ver beneficiados también. De hecho, cuando en una sesión he nadado menos de 2000 metros, aprovecho para alargar el tiempo de estiramientos.
- Si notas que el feto se mueve mucho, para un poco. No sabemos si se mueve «porque le tocaba» y se ha despertado, o porque está incómodo por lo que sea. Ante la duda, mejor bajar el ritmo.
- Cuando notamos que estamos algo cansadas, pero aún no llegamos a esas 120-130 por minuto, podemos optar por parar un minuto y continuar comenzando con un nado muy suave, o por parar dos o tres minutos directamente.
- Nadar estando embarazada puede ser algo aburrido, porque no podemos hacer series ni esfuerzos. Sin embargo, tiene una ventaja importante: al ser nado continuo, y más o menos relajado, podemos aprovechar para trabajar la técnica como nunca. Creedme, se nota.
- Llevad la botellita de agua, para hidrataros tanto durante el ejercicio, como después. Antes, hemos bebido también.
- La crema hidratante después de la ducha, va a ser más necesaria que nunca: las estrías están al caer, si es que no han llegado ya.
De momento, es lo que he comprobado. Aumentaré la lista según vaya observando y observándome.
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