En el
post anterior de Signos para bebés 1 me centré fundamentalmente en explicar un poco sobre la Lengua de Signos Española (LSE) y los signos que se suelen enseñar a los bebés en cursos varios. Ojo, no es que un bebé no pueda aprender LSE, ¡claro que sí! Lo que sucede es que si sus padres son oyentes y no dominan la LSE o el bebé no ve con cierta frecuencia a personas que la utilizan, probablemente no la aprenderá.
Entonces, ¿qué les enseñamos a los bebés? Si buscáis en Google, probablemente encontraréis un montón de sitios que os explican quién descubrió que enseñar signos a los niños es bueno y quiénes lo avalaron después. Así que no me voy a repetir.
A lo que iba. Realmente, lo que se suele emplear con los bebés oyentes, hijos de oyentes, es la Comunicación Bimodal. ¿Y esto qué es? La Comunicación Bimodal es un Sistema Alternativo y/o Aumentativo de Comunicación (SAAC) y originalmente está pensado para niños con problemas en la comunicación, principalmente aquellos que presentan discapacidad intelectual.
«¡Pero mi hijo/a no tiene discapacidad intelectual!»
No importa. Solo piensa que si a los niños que tienen problemas en el lenguaje les ayuda signar, a los que, en principio, no tienen, este sistema les facilita el acceso a la lengua oral. El lenguaje es algo que a nosotros nos parece muy fácil, no tenemos en cuenta que suele ser sonoro y abstracto, y que un niño ni siquiera sabe qué es lo que tiene que aprender y por qué (nosotros, cuando aprendemos un segundo idioma de adultos, ya tenemos «experiencia» con, al menos, una lengua). Es por eso que los signos para bebés se van a convertir siempre en un apoyo fundamental. En el post anterior explico el porqué viene estupendo.
«Y entonces, ¿esto de qué va?»
El Sistema Bimodal y por tanto, el sistema de signos para bebés, consiste en ir signando de manera simultanea lo que hablamos. Por ejemplo, si decimos «mamá come fresas», haremos los signos de «mamá», «comer» y «fresa» por este orden. Encambio, en la LSE el orden de la frase no tiene que ver y los signos pueden variar, no siempre es el mismo signo para la misma palabra.
Parece fácil, ¿verdad? Solo habría que aprenderse los signos interesantes, y ya está. PEEEEROOOO, siempre hay un pero por algún lado. En el caso de los signos para bebés son:
- Es necesario adaptar la longitud de lo que decimos (enunciado) a la edad del niño. Lo solemos hacer de manera inconsciente pero, por si acaso, lo explicito.
- Solo se signan las palabras «importantes». Es decir, en principio, los artículos no se signan. Y probablemente algunas preposiciones tampoco (aunque podemos incluirlas de todos modos). Eso no significa que hablemos como los indios, sino que con un enunciado normal, signaremos solo algunas palabras. Por ejemplo, si digo «el niño bota la pelota», signaré «niño», «botar» y «pelota».
- Los verbos no se declinan. Continuando con el ejemplo anterior, el signo de «botar» es siempre el mismo, aunque digamos «botamos», «botaste» o «bote».
- Del mismo modo, no hay plurales o singulares, el signo correspondiente a «niño» y «niños», por ejemplo, es el mismo. Aunque sí se diferencia el género («niño» vs. «niña»).
«Ajá, ¿y por dónde empiezo?»
En muchos sitios dicen que por aquellas palabras significativas para el niño, es decir, aquellas le resultan más interesantes. Yo voy más lejos y siguiendo a Benson Schaeffer, autor del método Habla Signada para Alumnos No Verbales, podemos comenzar por aquello que el niño pida o requiera con frecuencia. Dependiendo de la edad, podría ser «mamá», «teta» o «pelota» (o a saber, ¡depende de cada uno!)
En lo que respecta a cómo y cuándo empezar a signar, en Google podéis encontrar más referencias. Pero, de nuevo un pero, yo tendría en cuenta varias cuestiones importantes durante el proceso de enseñanza de los signos para bebés:
- No atosigar al niño/a. Lo de «di papá» o «signa papá» dicho 500 veces hasta la saciedad, puede ser contraproducente. O aquello de «signa pelota. Y ahora papá. Y ahora perro. Y ahora casa». ¡Que no son robots ni ordenadores!
- El lenguaje es un juego más. Si el lenguaje oral lo es, ¿por qué no podemos hacer lo mismo con el Bimodal? Lo importante es que nos vean utilizar los signos con frecuencia porque los niños IMITAN y aprenden IMITANDO. Si tú no los usas, él/ella se dará cuenta y pasará del tema también.
- Si hace un signo mal, no le corrijas directamente. Es decir, no le digas «mira, no se hace así, se hace así». Por ejemplo, imaginemos que ha signado regular «pelota». Es mejor decirle: «ah, ¿quieres la pelota?» Y que nos vea hacer correctamente el signo. Esto también se aplica en el lenguaje oral.
- Aunque para algunas personas puede resultar difícil, lo suyo es signar en espejo al niño/a. Es decir, aunque seamos diestros y nos guste signar «papá» con la mano derecha, si queremos que el niño lo haga con esta misma, nosotros deberos hacerlo con la izquierda.
- Y, muy importante, antes de aprender cualquier signo, ¡poneos nombre en signos vosotros y las personas cercanas más relevantes! Es decir, «papá» utilizará en principio el signo de «papá», pero la «tía Fulanita» deberá tener un signo propio, ya que seguramente no sea la única tía. ¡Echadle imaginación!
«¿Algo más?»
Sí, es importante para que os sea más fácil captar un signo y hacerlo correctamente, que tengáis en cuenta que un signo se compone de varios parámetros:
- El lugar de articulación de un signo: dónde se pone la mano en relación con el cuerpo.
- El movimiento que tienen que realizar las manos al hacer el signo.
- La orientación de la palma de la mano.
- La expresión facial que acompaña al signo. Esto es particularmente importante en la LSE, no siendo tan fundamental en la Comunicación Bimodal (aunque ayuda).
«¿Y dónde puedo consultar los signos?»
Con esto de las tecnologías, está mucho más fácil. Yo os aconsejo que los toméis del
DILSE, desde donde están haciendo un esfuerzo importante por unificar los signos en todo el territorio español (no tenemos el mismo signo para «casado» en Madrid, que en Aragón, por ejemplo). Os tenéis que registrar y os da acceso a diez signos diarios. No obstante, acaban de lanzar su propia
app, a la que aún están añadiendo signos. Eso sí, disponible solo para sistemas con Android, de momento. Otra app interesante es
Signame, también de la Fundación Vodafone. Si queréis signos que ahí no aparecen, también tenéis
Sématos.eu.
Si no vivís en España, entonces deberíais tomar como referencia la lengua de signos o de señas correspondiente al país de residencia.
«¿Y ya?»
Básicamente, sí. Obviamente existe mucha más información que podéis encontrar en internet, en los libros, o en organismos oficiales como el CNSE. Pero digamos que la estructura principal es esta.
¡Ah, se me olvidaba! Existe el alfabeto dactilológico. No son signos para bebés. Simplemente es un signo asociado a cada letra. Viene bien para deletrear nombres. Un bebé no sabe leer, así que no lo utilizaremos con ellos. Sin embargo, es un método muy bueno para ayudar cuando los niños están comenzando la lectura. Asociar el signo al sonido de la letra en sí, no al nombre de la letra (por ejemplo, no decir «ese» mientras signamos «S», sino decir «sss»), facilita la tarea al tener que unir las letras durante la lectura de una palabra. Por cierto, esta última idea no es mía, está basada en
este método.
Os dejo con un vídeo del alfabeto dactilológico:
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