Bien, ya era hora de que me dieran la palabra, sobre todo en un blog que va dedicado a mí fundamentalmente. Si los bebés hablaran sería mucho mejor para vosotros. Pero no todos estamos dispuestos a dejarnos manejar.
Algunas personas mayores dicen, cuando me ven durmiendo, «mírala, qué feliz es, qué vida más relajada llevan los bebés, qué felices son».
Os voy a cantar las cuarenta right now |
Eh, eh, eh, echa el freno, que te veo, que ¿qué vida más qué? Querida persona adulta, te voy a contar unas cuantas cosillas para informarte y que, al menos, te muerdas la lengua la próxima vez que creas que estoy durmiendo.
¿Sabes? Tengo un montón de problemas de comunicación. Resulta que mi comunicación es básicamente binaria: lloro – no lloro. Sí, vale, a veces sonrío un poco pero eso no os suele decir mucho. Y, claro, a base de llorar tengo que comunicar un montón de cosas, a saber:
- tengo hambre
- tengo sueño
- tengo gases
- quiero brazos
- quiero TUS brazos, y ver a los extraños desde tu hombro
- me duele …
- quiero estar con las piernas al aire
- me aburro, sácame del moisés
- me he asustado
Y seguro que me olvido de muchas. Ahora, dime, ¿cómo narices crees que me siento cuando lloro, hasta que mis queridos padres atinan con lo que me pasa? La próxima vez que creas que soy feliz por eso, intenta no utilizar tu voz y llorar simplemente, a ver si te entienden. Y eso que mis necesidades ahora mismo son bastante más reducidas que las tuyas. Suerte si lo intentas. Si los bebés hablaran estoy segura de que viviríamos mucho mejor.
Después, vale, la teta es la leche, y la leche puede tener un ligero sabor a algo distinto cada vez, pero no deja de ser leche. Aún no puedo comer pizza, ni pollo asado, ni macarrones con tomate. Tampoco puedo comer chuches, ni beber cocacolas. Así que imagínate renunciando a esas gambas al ajillo por un vasito de leche. O a ese vinorro con tapita. O a esas chuletillas de cordero. Sí, señores, lo han adivinado, tener un único plato en el menú a veces cansa. ¿Mola o no mola ahora, eh?
Si los bebés hablaran sabrías que tampoco tengo control sobre mi propio cuerpo. Pero nada de nada. No solo no sostengo mi cabeza, y debo fiarme de la habilidad del que me sostenga, sino que mis brazos y piernas se mueven a su aire, y dependo absolutamente de los demás para ir a cualquier sitio. Y, claro, tampoco tengo mucho poder de decisión, más que nada porque, como decía antes, no puedo decirte a través del llanto «jo, mami, llévame a ver la última de Disney, porfa, porfa, porfa». Sí, sé que también respiráis aliviados porque no os tengo que obligar a verla. O cuando me achuchan sin compansión, ¿crees que me gusta?
Por no hablar del control de esfínteres. ¡Tampoco me haces caso! Me paso con pañales todo el santo día. Y por mucho que me cambien, ¿crees que es agradable estar con eso en el culo hasta entonces? ¡Y la humillación de que cualquiera te pueda cambiar! ¡Por favor, un respeto, que soy bebé, pero tengo mi intimidad!
Alguna ventaja tenía que tener |
Ah, y si te gusta la ropa, olvídate del tema. Yo no puedo elegirla. Para eso están las abuelas, los padres, los tíos, o los amigos de cualquiera de los entes anteriormente mencionados. Así que un día me toca ir hippy zarrapastrosa, al siguiente pija con volantitos, otro macarra sin el menor gusto, y el próximo en pijama todo el día, que no me ponen rulos porque no pueden. Estoy deseando crecer un poco para que puedas apreciar que tengo estilo propio y poder decirte «no, gracias» a todos esos ropajes que me encasquetan. Ay, si los bebés hablaran…
Y el pelo… ¡No tengo pelo! Cuando una no es el calvo de Celtas Cortos, ni Homer Simpson, es duro. Porque una desea una melena a lo Rapunzel y no puede ser. O, bueno, aunque lo quisiera como la teniente O’Neil, pero poder decidir al menos..
¿Y las putaditas? ¿Te he hablado ya de ellas? Cuando me das la vitamina D esa, que está asquerosa, o me pones boca abajo, o me haces rabiar con la excusa de estimularme para moverme y no sé qué más… tranquila, que ya te llegará la hora de sufrir a ti también, espérame unos años…
Bebés del mundo, ¿qué pensáis vosotros al respecto?
Hola, aquí un hispano-búlgaro de 6 meses.
No sé de qué os quejáis, amigos, porque si no os habéis dado cuenta, aquí mandamos nosotros. Las vidas de nuestros padres giran en torno a nosotros: nuestra comida, nuestro sueño, nuestra caca, nuestros lloros…
Nuestras mamás se pasan todo el día con nosotros, atendiéndonos en detrimento de su pelo, su maquillaje, su ropa, su ratito de paz diario…
Si de vez en cuando no aciertan con lo que nos pasa, pobrecitas, son humanas. Van probando hasta que aciertan, y a veces ni así, pero la intención es lo que cuenta no? Las queremos un montón y en cuanto podamos se lo demostraremos!!
Lo dicho, que es muy duro ser bebé 😀
jajajajajaja me ha encantado!! 😉
Y es cierto, hacemos mil cosas que pobrecillos.Porque claro, les ponemos boca abajo por su bien….no les damos x comida por su bien…pero explicales a ellos eso!! jajaja
Guisante tampoco tiene casi pelo!! Bueno ahora a los casi dos años algo tiene, pero muy cortito (nos llega pa kikis apuraos) y encima rizado, con lo que no le ca….y yo en plan madre cansina: "mira hija, una horquilla, una diadema…mira que guapa vas…." Y la pobre las odia, jajaja reconozco que a veces somos un coñazo ;p
La verdad es que cuando uno es mayor, puede hacer bastante más cosas 😉
Igualmente, buen día!
jajajaja, alguna vez he pensado yo tambien en esta vision 🙂 Ciertamente eso de “duerme como un bebe, la paz del bebe..“ no es tan idilico como lo pintan creo. Igual por eso siempre quieren ser mas mayores, jejeje. Buen dia!
Gracias 🙂 Y tanto que es real, sacado calentito del horno del día a día 🙂
Jajajajajaaaa lo de la voz de Mira quién habla puede ser, aunque yo me imagino también a la prota de Veva 🙂
Me ha encantado la entrada porque en el fondo es muy real!!! ¿Soy la única que lo ha leído escuchando la voz de Mira quien habla? 🙂
Sí, sí, todo eso también me ha pasado, da para otro post enterito!
Tú sí que sabes cómo dominar el mundo, tienes razón… ¡la revolución ha empezado!
¡Qué duro es ser bebé! Y eso que Monstruita en el post aún no se ha quejado de la gente que quiere cogerla en brazos, besuquearla, despertarla de la siesta sólo por el gusto de verla despierta…
Yo soy un poco más grande que tú, la semana pasada hice nueve meses y te puedo decir que aproveches para hacer pipi cuando te han quitado el pañal, eso siempre molesta. Igual que hacer popó cuando tienes el pañal limpio.
Recuerda que tú mandas, son ellos los que te limpian el culo.
Además, su sueño lo decides tú. La mejor hora para despertarse es… cualquiera!
Y… cuando empieces a comer podrás guarrear y te reirán las gracias. Además, seguro que tu mamá y papá no, pero para la comida que hace alguno, que se piensa que es Ferran Adria, mejor la leche!
Monstruita al habla:
Uf, amigo, cómo te compadezco. Espero que a mis amados padres no se les ocurra desbancarme de esa manera y sin consultarme primero, que capaces les veo.
Y sí, tenemos que quedar un día, aunque lo de tomarnos algo, como no sean un par de vasos de leche, lo llevamos claro.
Buena suerte en el interrogatorio después de que te hayan descubierto. Y ya sabes, fue un accidente.
Aquí el Peque de los Trastos. No te choco los 5 porque no puedo, pero tienes toda la razón. Como yo soy el menor de tres, tengo que añadir que es una lata que me despierten de mi siesta para tener que ir a buscar a los otros dos al colegio. También es una lata que mamá tenga que bañarles después en vez de jugar conmigo.
A ver si tú y yo quedamos un día, nada serio, para tomarnos algo y perfeccionar nuestra venganza.
Te dejo, que me han descubierto… 😉