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Tiranía más para padres que para niños |
Seguimos con el Baby Led Weaning. En el camino, me he encontrado con algunos pequeños obstáculos. A saber:
- Lavar las frutas con agua y jabón (tipo Fairy, Mistol…) para quitarle todas las ceras, después pegarle un bocao generoso, y dárselo tal cual al bebé. De este modo, el bebé puede conocer la fruta con su piel, su forma, su color, su peso completo (bocao aparte), pero también puede saborear el interior. Aquí incluyo una mejora propia que descubrí por casualidad el otro día: si después de un rato de dejarle jugar, mordéis la fruta alrededor de la parte central, le habéis facilitado un asidero estupendo.
- Los muslos de pollo son perfectos para que puedan agarrarlos por el hueso. Aporte propio: ¡cuidado con ese hueso finísimo que los acompaña también! Es necesario quitarlo antes.
- Las lentejas, se pueden introducir desde el primer momento. El problema que suelen asociar los pediatras a este alimento, es el hollejo, porque causa gases, según nos decía Eloísa. Y no sé vuestros bebés, pero Monstruita decidió que los cólicos no eran para ella, y no véais como controla el escape multicanal de gases. Los garbanzos, si tenemos prisa por introducirlos, puede ser en forma de hummus. O, por qué no, aplastados con un tenedor (apunte propio).
- La sal y el azúcar no se deben introducir hasta… ¿cuándo? Así que ella es partidaria de no evitarlos pero, eso sí, controlar las cantidades y utilizar muy poquita. De paso, mejoramos nuestra dieta. Aquí discrepo ligeramente. Monstruita tiene 6 meses, casi 7, y no me veo aún dándole nada con sal o azúcar, con alguna y muy mirada excepción. Cierto es que eso es lo que pienso ahora. Si dentro de un par de meses le veo comiendo casi de cualquier cosa con soltura y tan feliz, es muy probable que esté de acuerdo con Eloísa, y deje lo del 0,0 para la cerveza.
- Los alimentos que dan alergias, dan reacción la segunda vez que se prueban. En la primera, el cuerpo no ha tenido manera de saber cómo actuar. Para la segunda, ya ha tomado nota, y suelta la artillería pesada. En este apartado, nos recordó que otra de las ventajas del BLW es que el bebé toma mucha menos cantidad que en un pure o una papilla, del elemento alergénico en cuestión, lo que conlleva una menor reacción alérgica.
Sin duda, Eloísa mencionó muchos otros datos valiosos sobre el Baby Led Weaning, pero yo me quedé con los que realmente me son útiles y desconocía o había olvidado (ya me había leído «El niño ya come solo«, donde se explican los principios del método del Baby Led Weaning).
Qué aproveche.
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