Érase una vez una Monstrua que tenía una Monstruita y se quedó embarazada de nuevo de un Futuro Monstruito. Y érase una vez una artesana dedicada a sus productos en cuerpo y alma que se enteró de la noticia. Ni corta ni perezosa, esta artesana a la que todos conocían como Dori, se puso manos a la obra para enviar un presente desde
Crehadas, el lugar donde tus ideas se hacen realidad.
Y a Futuro Monstruito le regaló una toalla que da gusto coger, con un precioso bordado con su nombre, además de un peluche muy, muy suave, con un babero donde aparecía la inicial del nombre:
¿Sabéis la emoción que le hizo a Monstrua a recibir el paquete en su
casa? Además estaba envuelto con amor, hasta el mensajero lo notó. El caso es que hubo un pequeño inconveniente: al abrirlo e intentar ver y disfrutar el contenido tranquilamente, Monstruita vio el peluche y se tiró a por él. ¡No sabía que era de su hermano! Así que Monstrua tuvo que esconderlo e intentar verlo a solas.
Pero los mensajeros de Dori, que están por todas partes, le llevaron la noticia también de esto. «¿Cómo?», se dijo, «¿que hay una hermana mayor y no le hemos hecho llegar nada? ¡No puede ser! ¡Eso es inadmisible!» Así que, de nuevo, puso sus habilidosas manos a crear. Y le hizo llegar otro peluche achuchable con la inicial de su nombre:
A Monstrua le encantó todo, ¡hasta la nota que le acompañaba! Monstruita se tiró a por el peluche directamente, y jugó a ponerle y quitarle el babero. ¡Ya estábamos todos contentos!
Y colorín, colorado, este cuento ha empezado.
Continuará…
Deja una respuesta