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Curranta en lo que hoy llamaríamos «lactancia más allá del año». Kheel Center, Cornell University |
- Me ha venido muy bien reincorporarme al trabajo: no he perdido el tren (aunque lo hubiera recuperado de haberme incorporado más tarde, supongo que me hubiera costado más), y mi mundo se ha ampliado. Cuando estaba de baja, mi visión, mi conversación y mi entretenimiento se reducían a la casa y a Monstruita, aunque intentara hacer otras cosas. Me agobiaba un poco, la verdad.
- Además, volver a ser madre trabajadora me ha ayudado a volver a sentirme yo misma: volver a vestirme «decente» otra vez (me costó al principio), superar nuevos retos y afrontar proyectos, volver a casa con alegría sabiendo que echaba de menos a Monstruita. El primer mes, eso sí, me acostaba todos los días a las nueve de la noche, no podía con mi alma y el estrés era bastante grande hasta que conseguimos «cuadrar» todo.
- Ser madre trabajadora con jornada reducida implica que me llevo algo (más) de curro a casa. Trabajar fuera de casa implica que, cuando tengo que hacer comidas o cosas de la casa, ya estoy muerta matá. Es un contra que se nota bastante. Y luego, ¡sal al parque y haz recados!
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Pereza mortal al llegar a casa de trabajar fuera. Foto de Mysid. |
- A Monstruita no sé si le ha venido bien o no, pero yo la veo estupenda. Sigue queriendo que no me vaya por las mañanas, excepto si ha dormido 9 horas (interrumpidas, claro). Se lo pasa genial con su tía, que es la persona que la cuida, y ha fortalecido vínculos de manera increíble con su padre, que es con quien se queda hasta que llega la tía.
- He notado su evolución: ahora, si tuviera que dejarle en una guardería no me daría tantísimo apuro como cuando tenía 5 meses escasos. Aquí puedo entender la baja por maternidad durante un año por el bien del bebé y de la madre trabajadora. Aunque el concepto de Madres de día, me parece una alternativa estupenda a la guarde en esos primeros meses.
- Puedo decir que en mi trabajo intentan que exista una conciliación familiar en la medida de lo posible, que soy afortunada: No me han puesto pegas para la reducción de jornada. Como madre trabajadora pude llegar a un acuerdo con ellos para establecer un horario en el que pudiera sacarme leche. Cada vez que he tenido que ir al médico, bien para mí, bien para Monstruita, no he visto malas caras.
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Howard R. Hollem, de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU. |
- A pesar del pronóstico negativo que me daban algunas compañeras y personas cercanas, he conseguido mantener mi lactancia como madre trabajadora. Esto ha sido posible gracias a que me he sacado leche todos los días, no estaba muchas horas fuera de casa, confianza en mí misma y en Monstruita, sabiendo que la leche que le dejaba era suficiente. También ha sido gracias al apoyo de Monstruo, que no dudaba cuando le proponía comprar cosas como un esterilizador, o no me mandaba a la mierda al cuerno cuando le pedía que sacara él los trastos del esterilizador.
- En el transcurso, ¡me he vuelto a quedar embarazada! Lo que le añade intensidad a todo esto que estoy viviendo como madre trabajadora.
- No se si es por la reducción de jornada, por la crianza o por qué, pero este año se me ha pasado volando. Llego cansada, sí, y deseando vacaciones, pero creo que otros años ha sido mucho más duro. Bien, ahora que lo pienso, la verdad es que este curso me he metido en menos «fregaos», lo he evitado y claro, me he perdido esa vivencia, pero llego más relajada al final.
En general, puedo decir que el balance es positivo y que me ha salido todo bastante bien. Como cada día es una aventura, eso da fuerzas y confianza en una misma para continuar confiando en mi instinto y en el del padre.
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