apego
apegoCuando una tiene un bebé, e incluso antes, la primera palabra que aparece en su vida es apego. Da igual que estés leyendo sobre lactancia que sobre cómo cambiar un pañal. O que busques información sobre la mejor manera cortar el pelo, o incluso de cómo cambiar de coche. A poco que leas, te golpean con esa palabra. ¡Si hasta han puesto su nombre a un manual que alguien se ha inventado sobre cómo criar «adecuadamente»!
Así que, indefectiblemente, una, o sea, yo, llega al mundo de la maternidad preocupadísima por eso del apego, no vaya a ser que Monstruita crezca desapegada y el día de mañana sea una delincuente, reina de los butrones y toda su vida se vea golpeada por una desgracia tras otra. Por tanto, no duda en darle los brazos que pida, en jugar con ella, en bañarla, cuidarla, etc.
Mientras, de vez en cuando (suele coincidir con algún comentario abuelil o con alguna visita al médico pediátrico de turno), una se pregunta «¿lo estaré haciendo bien?», «¿la estoy cagando de alguna manera?», «¿Monstruita está sana?», «¿sus vínculos van adecuadamente?» (Vínculo, esa otra palabra que apellida el apego).
Suelo responderme positivamente y pasamos la etapa de los 8 meses, esa en la que dicen que el bebé tiene miedo de la separación de la madre y tal, y oye, que parece que no era para tanto. Qué guay, hale, una cosa menos. ¡A por la siguiente!
¿O no? ¿No? Pues no.
Monstruita lleva unos días apegada y pegada con Loctite a mí.
A ver, que yo veo normal que quiera estar conmigo y que me persiga de habitación en habitación . O que prefiera estar conmigo que con su padre en algunas ocasiones. Y que me reclame por la noche. Todo eso ni me lo cuestiono. Lo que me cuestiono cuando noto estos comportamientos, es cómo es posible la crianza sin apego, pero ese es otro tema.
Pero me llama la atención es que, estando en la misma habitación, ahora tenga que estar pegada físicamente a mí. Tanto es así que, con sus casi 13 meses, el otro día me harté, cogí la Emeibaby, y cargué con ella a la espalda mientras hacía y deshacía por la casa. Quince minutos aguantó, y porque paré de moverme (y estar subida encima de algo que no se mueve, no mola).
Si estamos en la calle, no tiene problema en ir en la silla, o incluso, si estamos en el parque, de alejarse de mí un par de metros. También está a gusto con sus abuelos y con mi hermana, hasta el punto de olvidarse momentáneamente de mí.
Pero por las noches, la cosa empieza a complicarse. Normalmente, duermo a Monstruita y la dejo en la cuna. Mientras, aprovecho mi pequeño momento de libertad que puede durar entre una hora o una hora y media. Luego me voy a la cama y, al primer despertar, la meto conmigo (o no, porque hace poco, estoy intentando que pase más tiempo en su cuna por la noche, pero con paciencia).
Últimamente mi momento de libertad puede durar diez minutos. Cuando la dejo en la cuna, a los diez minutos está llorando otra vez. Da igual que luego esté con ella durante media hora hasta que la vuelva a dejar. A los diez minutos, se despierta otra vez llamándome. Y, claro, no me apetece acostarme con ella a las diez de la noche estando de vacaciones. Así que lo vuelvo a intentar una y otra vez.
Ayer mi paciencia llegó al límite. ¡Eh, ese gen de paciencia materna no es infinito! ¡Me han timado! Estuve dos horas así, yendo y viniendo. Probé a dejarla en la cuna, probé a dejarla en la silla, nada. Ella quería dormir conmigo. Si no, nada. Entré en la fase de desesperación y se la pasé a Monstruo. Sabía que iba a dar igual, que con él seguiría llorando y sin dormir pero, al menos, estaba atendida.
Cuando rellené el depósito de paciencia (ya podrían cargar los móviles tan rápido), volví con Monstruita y la dormí. Tras la llantina que se había pegado, Monstruita estaba cansada, así que aguantó esa hora y media tan esperada.
Ahora la tengo aquí, sentada a mí lado, tras haberla tenido sentada sobre mí durante una hora. Además, cada cinco o diez minutos, me pide teta (¿crisis de crecimiento como extra?). Está terriblemente demandante y yo terriblemente poco paciente. Ante lo cual, solo pido una cosa:
apego arnold
Créditos: Gracias a @adrag por haberme pasado este enlace, que me aclaró muchas cosas.

16 comentarios

  1. Ay, guapa, mi hija pequeña es una sombra mía, bueno, ha sido una sombra mía durante meses. Ahora parece que no quiere verme tanto, aunque sigue igual de mimosa cuando estoy cerca.
    A mi me costó ver como mis hijas se han ido "independizando" de mí, pero claro, su autonomía es muy importante.

  2. Yo estoy en una etapa que es todo lo contrario: parece que la bichilla ve en mí sólo un surtidor de leche pero en cuanto aparece su papá ¡ni las tetas le interesan! Es verdad que yo me paso el día pegada a ella, y a él lo ve menos pero oye, que a veces hasta me pongo celosilla de la complicidad que tienen los 2, así es que a día de hoy estoy deseando que le entre alguna de esas crisis de apego y que se me adhiera en plan niña lapa aunque sólo sea durante unos días.

  3. Pues te iba a comentar en lo de "luz al final de la teta", pero ya me hago un 2×1. Yo estoy casi casi como tú, una enana de 11 meses que sólo se duerme conmigo con tetazo bien largo. Por causas de fuerza mayor, ingreso hospitalario, hace un par de semanas nos separamos una noche. Zozobra absoluta por mi parte y la chiquilla se portó y se durmió con su señor padre con todas las tretas del mundo, brazos, chupa, mimos, agotamiento, eso sí, berrinche (corto) en un despertar a media noche. Una campeona, flipandito me quedé con la niña. Así que mis ánimos con lo de la teta por ese lado, que puedes "separarte" de ella y responderá mejor de lo que esperas. Un cine, un conci… que lo de ir de marcha sin poder jalarnos unas copas pierde gracia 😉
    Ahora la segunda parte, porque el link que has puesto al final, los días siguientes a los del hospital han sido de manual punto por punto ese artículo. Llantos desesperados y repentinos por el día e infinitos despertares por la noche. Angustia de separación de manual. Parece que vamos mejorando y ya no necesita succionar con esa ansia y duermo un par de horitas.
    No hay nada como saber/entender lo que les pasa para llevarlo mejor y no desquiciarse.
    Besetes doña Monstrua!

  4. Buf qué me vas a contar!! la mía nada parecido… aunque la ansiedad por separación se le está pasando un poco.
    Pero no duerme sola ni de coña! para colmo se despierta a media noche y se pone a reptar-gatear por la cama de punta a punta a intentar jugar…… hoy estoy muerta!!!!
    Que nos den paciencia, nos regalen antiojeras y que estos niños duerman algún día…

  5. No sé si te hará sentir mejor o peor, pero que sepas que lo que describes es exactamente lo que me pasa a mi los últimos dos o tres meses con mi pequeño microbio. Ya sé que es una etapa, pero mejor que pase pronto porque me estoy volviendo loca…

  6. Gracias, maja, supongo que es cuestión de tiempo. De todos modos, me parece que se trata también de una crisis de crecimiento, porque hoy no se ha despegado de la teta en casi todo el día.

    Besos!

  7. Yo te doy un poco de mi paciencia que de momento no la estoy usando.

    Es una etapa y tienes que pensar que pronto pasará (no tengo ni idea de cuanto dura, pero se pasa, no?). Espero que pronto encuentres algún truquillo para conseguir tiempo para ti.

    Un beso y casi toda mi paciencia!

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Mujer que anda por la vida como puede.

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