Mi bebe no duerme todo lo que yo necesito. Sin embargo, me llama la atención que el 90% de los artículos y cursos/talleres que tratan sobre el
sueño infantil, ya sea desde el punto de vista de Estivill, bien desde el de Rosa Jové (por nombrar a dos extremos en España de la misma línea), llevan la coletilla de «
cómo conseguir que los niños aprendan a dormir» por algún lado.
Yo tiro más hacia Jové. Y entendiendo a esta autora y a aquellos que dan a conocer «métodos» en consonancia con ella, realmente no se puede enseñar a dormir a un niño, sino que los que tenemos que aprender de qué va la vaina, somos nosotros, los padres y madres. Así que la coletilla de «cómo conseguir que los niños aprendan a dormir», sobra. Si seguimos a Estivill, más que sobrar debería corregirse por un «cómo conseguir que el niño le deje en paz por las noches».
A mí me puede el ver a Monstruita llorando por algo que sé que puedo solucionar sin perjuicio para nadie. Así que las veces que se ha dormido sola tras llorar y llorar, han sido contadas y debido a causas de fuerza mayor (un viaje largo en el coche, en el que ya hemos parado 20 veces, o viajes en el que íbamos las dos solas en el coche e íbamos con hora marcada y no podíamos parar más).
Para que Monstruita se duerma pronto, sí he comprobado que cuando la siesta de la tarde ha sido corta, cae antes. O que si esa siesta es tardía, puede aguantar hasta las tantas de la noche. Dicho así, suena perfectamente lógico. Pero hasta que una no lo piensa, no está tan claro. Así que, cuando puedo, simplemente intento respetar sus ritmos evitando que su siesta sea demasiado tarde.
Eso no quita que por la noche se despierte ochenta veces. Es cuando digo que bebe no duerme aunque lo que realmente pasa es que duerme, pero no de manera seguida.
¿He dicho que se despierta ochenta veces? Bueno, en realidad ya no lo sé. Después de maldecir en otro post el colecho, he caído en los brazos del mismo (con el apoyo de Monstruo, tengo que agradecer su esfuerzo por aceptarlo).
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Bueno, algo de esfuerzo forzado, hubo. Todo hay que decirlo.
«Esta noche dormiré con mamá o lloraré toda la noche, ¿entendido?» |
Ya me da igual que digan que el colecho puede prevenir la muerte súbita del lactante. O que si los monos rhesus de Monolandia lo hacen de toda la vida de dios (qué manía con compararnos con los oranguntanes y similares. ¿Tengo cara de mono o qué?). Lo hago por egoísmo y por supervivencia pura y dura porque pienso que mi bebe no duerme.
Monstruita sigue con la teta, lo que significa, en mi caso, que un despertar cada dos horas como máximo, no nos lo quita nadie. Y yo, cuando no descanso, tengo una mala leche que no me aguanta ni la madre que me parió (hola, mamá, por si lees esto, gracias por aguantarme). Y si cada dos horas, a veces cada hora y media, tengo que estar en pie puntualmente, darle teta, dejarla en la cuna, menearla de nuevo hasta asegurarme de que se ha dormido, y luego volver a conciliar el sueño, muero. Y muere Monstruo de tener que soportar mi mal humor del día siguiente. Y Monstruita de los berridos que iba yo a pegarla sin ninguna razón, porque mi paciencia se alimenta de mi sueño (¿os imagináis, gritar a un bebé de 10 meses?) Osea, ya no es mi bebe no duerme sino aquí no duerme absolutamente nadie.
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Autorretrato de la última noche que no dormí bien. |
Porque a ver, echemos cuentas y pongámonos matemáticos: suelo dormir ocho horas, que estarían interrumpidas por lo menos, cuatro veces: 8/2=4. Si cada vez que me despierto, tardo 15 minutos en teta+dormirla+dormirme, 15×4= 60 minutos, es decir, dormiría una hora menos por noche. Si a esto le añadimos la falta de calidad de un sueño interrumpido tantas veces (lo siento, no conozco los parámetros exactos para cuantificarlo), tenemos el cóctel perfecto. Porque una hora de sueño se puede recuperar. La calidad perdida, no. Que la que suscribe, señores y señoras, no se levanta nunca por la noche ni para mear (durante el embarazo no me quedaba otra, pero era una vez por noche como mucho).
Alguna noche en la que me apetecía estar a gustito en mi cama, a solas conmigo misma, intenté eso de «venga, te cojo, te doy teta, te dejo en la cuna, te vuelvo a dormir, y me vuelvo a dormir». Me duró dos intentos. Pero dos intentos en una sola noche. Concluí que aunque se me quedé el brazo a la remanguillé y la cadera medio pocha, sigo prefiriendo dormir con Monstruita a mal dormir sin ella y pensar que mi bebe no duerme y por eso no duermo.
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Juro que se me ha pasado esta posibilidad por la cabeza. |
Así que, sí, voy a salir del armario, y hasta del dormitorio para decir que yo, colecho. Que sí, que hay insignias muy bonitas por ahí de esas que dicen «en mi catre somos cuatro y se mete hasta el gato», pero una cosa es decirlo en un blog, donde poca gente o nadie sabe quién eres, y otra decirlo por ahí, a tu alrededor.
No tengo miedo de que Monstruita okupe nuestra cama y se traiga al novio el día de mañana. De hecho conservo la secreta esperanza de que incluso un día duerma toda la noche del tirón antes de cumplir los 18. Pero el día en que me diga «mamá, tengo 18 y he decidido que me voy de casa con Borjamari», eso sí, eso sí que me da miedo. Ahí se acabó el mi bebe no duerme porque ya no habrá ni rastro de un bebé.
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Salir con Borjamari y encontrarse con este pastel. |
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