- Se ha destetado sola.
- El destete ha sido sin lágrimas.
- El destete ha sido fácil.
- Qué bonito es el destete.
- Estábamos las dos preparadas.
- Las dos queríamos el destete.
- Ha sido un destete respetuoso para ambas partes.
Erin Wetzel |
Pero no.
Dicen que el destete es parte de la lactancia y a mí, en cierta manera, esto me sonaba un poco a guasa, como decir que la muerte es parte de la vida. Lo comprendí en toda su inmensidad cuando en algunos momentos odiaba que Monstruita estuviera mamando, era una emoción muy animal, venía de dentro, imparable, arrasaba con todo como un huracán. Efectivamente, ahí entendí que el destete era parte de la lactancia porque me surgía de un sentimiento que nunca conocerás si no has dado pecho (y puede que tampoco lo conozcas aunque lo des).
Anna Randal |
Investigando por ahí, parece ser que los mamíferos tienden a destetar a sus crías de manera más o menos brusca según la especie y la edad de la cría en el momento en que deciden dar el paso. No me consoló pero por lo menos encontré la explicación filogenética (toma palabro) a esto que me pasa, que consiste en algo más que la mera etiqueta de agitación por amamantamiento.
Dicen los grandes clásicos que el destete comienza cuando se introduce la alimentación complementaria. Yo, como ni soy grande ni clásica, digo que en nuestro caso comenzó cuando empecé a sentir agitación del amamantamiento hace dos años.
Michael Shilling |
Así que con un hermano recién llegado al mundo aguanté el tirón: tenía que repartirme como madre, ella tenía que recibir menos de mí. Por tanto, qué menos que mantenerla su tetita.
He de decir que llevo con el destete provocado muchísimo tiempo. Así que ha sido un proceso lentísimo en el que he intentado que ninguna saliéramos (demasiado) malparadas. Al fin y al cabo, quería un destete respetuoso.
Katie M. Berggren |
Primero empecé por aquello tan famoso y trillado de «no ofrecer, no negar«. Consiste en hacerte la longui cuando tu hijo te pide TETA a gritos y distraerle con otra cosa. Además no debes ofrecer el pecho por iniciativa propia. Obviamente, no funcionó. Supongo que con niños mayores o que están ocho o más horas lejos de su madre puede funcionar pero en mi caso, no.
- No hay teta/pecho en la calle.
- Acorto tomas: «cuando se termine esta canción, suelta». Esto, en los últimos meses se convirtió en «cuando cuente tres, sueltas: una… dos… tres.»
- Restrinjo las tomas nocturnas. Comencé a hacerlo por mera supervivencia: no podía con el recién nacido y con ella. Al final, temía a las noches porque sabía que no iba a pegar ojo por mucho tándem y colecho que hiciera. Quizá fui poco mañosa, no lo sé.
- NO uso tiritas con picante, vinagre o pimienta en los pezones. Es una opción personal. Me prometí a mí misma que nunca mentiría a mis hijos, que prefería llorar con ellos a verles consolados por una mentira de su madre. Por tanto, como este truco lo considero una mentira, no lo contemplé pero ya os digo que es una opción mía. Además, no quería que sus últimos recuerdos fueran los de una teta «apestosa», que es una palabra que Monstruita utiliza mucho últimamente.
- Le anticipo lo que iba a pasar cada vez. «Está bien, te doy teta, pero cuando termine esta canción dejas la teta». «Esta noche dormirás sin tetita pero yo te ayudo a conciliar el sueño, te canto y te acaricio».
- Acompaño su emoción. El llanto era desgarrador y no parecía haber forma de consolarle. Pero si le dejaba sola tendría que pasar esto tan duro sin tener las herramientas que supuestamente tenemos los adultos. Así que me dedicaba a abrazarle, a decirle que sí, que no era justo, que le comprendía.
- No le prometo recompensas materiales como intercambio del pecho. Pienso que actuar así sustituye el pecho por algo que a la larga es perecedero y que no siempre está al alcance de la mano, además de fomentar el consumismo.
- Sí le prometo caricias, cuentos y canciones… Que al principio rechazaba. Pero yo empiezo con la canción o el cuento y poco a poco escucha y se va calmando.
- Le dejo «tocar la teta» y apoyarse en ella. Aunque no sea lo mismo parece que a ella le consuela bastante.
- Procuro no amamantar a su hermano delante de ella. Así no le entra tristeza o tentación aunque a veces es inevitable.
Una semana antes del destete definitivo solté las amarras del duelo por esa teta que ella ya no viviría. Rememoré cada etapa de su lactancia: la felicidad y el dolor del principio, antes de su frenectomía; las tomas eternas a su lado porque no permitía que me separara de ella; las tomas rápidas en cualquier lugar cuando ya era un poco más mayor; las múltiples posturas para mamar, a cada cual más sorprendente y divertida; las miradas; sentir su relax; sentir cuando la vencía el sueño mientras mamaba; el consuelo que suponía para ella ante una situación estresante o desagradable; cuando tuvo que compartirme y empezó el tándem, su generosidad siempre una vez superados los primeros meses; sus llantos cuando comencé a resrtingir la teta; su empeño en curar la teta»pochita» cuando se me obstruía y su máximo cuidado cuando le decía «engánchate suave, que me duele mucho»; sus bromas con «la teta blanda» o «la teta tonta» de la última época; cuando mamaba en la playa o en un camino perdido en medio del campo; sus «pero es que me gusta mucho tu teta, mamá, no es fusto«.
Pero esto no se te lo suelen contar. Siempre parten de que el destete se produce por las tretas de los laboratorios de leche de fórmula, los pediatras mal formados y no actualizados, las madres y padres mal informados, la no conciliación laboral o la presión social. Todo esto es, lamentablemente verdad. PERO solo a veces te hablan de la agitación del amamantamiento y en bajito, como algo raro que nos pasa a algunas madres, que en realidad queremos escondernos debajo de la tierra por hacer algo que no está en los cánones de lo deseable por toda madre que se precie.
Gracias, maja! Es un texto vomitado al poco de pasarlo, así que está en bruto. Lo dejé en reposo un par de meses antes de decidirme a publicarlo, así que me alegro de por lo menos te haya tocado la patata!!
Por cierto, echo de menos sección maternidad en tu bloooogi
¿Dónde se puede votar a Monstruo para que sea colaborador de este blog? XD
Vaya Monster, qué arte tienes para contar estas cosas, me has tocado la patata. Yo pasé por algo parecido hace unos meses con mi bicho pequeño. Ay. Si aún hablara de maternidad en el blog no creo que pudiera contarlo, no sabría por donde empezar h me faltarían las palabras.
Gracias! Sí, hace la vida más interesante pero mientras se pasa el trago… Buf!
Los hijos siempre son fuertes. Los hijos salen adelante a pesar de los padres. Podemos tener muchos fallos pero ellos salen a flote.
Me encanta que hayas escrito esto, porque además has aprendido de la experiencia.
La naturaleza es cruel, pero olvidamos de que los hijos también son parte de ella y, por lo tanto, fuertes. Hace la vida más interesante.
Te leí en tu Instagram 🙂 La verdad es que tiene toda la pinta, sí, y me parece muy bonito que puedas respetar eso y que ella lo vaya dejando por sí sola, además a favor de su hermanito.
Gracias por pasarte, que sé que ahora no te aburres 😉
A mí me dio lo de la agitación al principio del segundo embarazo. Tenía clarísimo que no quería destetar a mi bichilla justo en ese momento, en plena fase de rabietas con el inicio del colegio a las puertas y la llegada del nuevo, al que vería enganchado a la teta todo el día. Si ella se hubiese destetado por iniciativa propia ¡yo hubiera sido feliz! Pero no, porque aquí estamos ahora con la lactancia en tándem, más ligth de lo que había imaginado pero sin destete a fin de cuentas. El caso es que ella no se acuerda nunca de la teta para nada cuando está en la calle, sólo la usaba para dormirse algunas veces, si se desvelaba en medio de la noche o estaba resfriada. El resto del tiempo ya hacía meses que podía pasearme delante de ella desnuda que no me echaba cuentas. Y desde que nació el pequeño, hace casi 1 mes, creo que la niña no ha pedido mamar ni 10 veces en todo este tiempo. Supongo que sí que se está destetando, pero no me atrevo a asegurar nada.
Gracias, maja 🙂
La verdad es que es cosa de dos pero a veces se nos olvida.
Otro beso para ti!
Pues me parece que está genial explicado. Creo que según crecen los retoños, todas pasamos por una época parecida, a mi me pasa pero no llega a tu nivel y tampoco he tenido un embarazo entre medias.
La lactancia es cosa de dos y si una parte ya no puede/quiere, no se puede hacer nada.
Si te sirve de algo, aunque no haya sido lo que llaman un "destete respetuoso/natural", o como sea, creo que lo has hecho bien.
Un beso
Gracias 🙂 Yo he leído algún post sobre agitación y me parecía que se trataba de manera muy light, lo que le resta verdad, sinceridad. Igual que los que dicen "na, el destete fue un par de días llorando y ya". ¿Llorando quién? ¿Solo el hijo/a?
A ver si poco a poco entre varias, conseguimos que la lactancia sea más sincera y real.
Te lo tenía que haber puesto visualmente para que te enteraras xD Porque yo te lo iba contando pero tú como si oyeras llover.
No somos mejor que los terneros pero de lactancia humana hemos perdido mucho conocimiento con la introducción generalizada de la leche de fórmula. Ha sido como una Edad Media de la lactancia. Ahora toca retomar conocimientos.
Últimamente me estoy encontrando con post sobre la agitación… y el tuyo es el que más me gusta. Cuentas lo que hay, sentimientos, instinto. Nada es perfecto en la vida.
❤
Se te olvida mencionar como el padre no se entera de nada de todo esto que cuentas durante casi año y medio. Supongo que la relación de los bebés con su madre es algo más misterioso aún que la santa trinidad. Al margen de la tontería del chiste, es cierto que hay demasiado halo de misterio new-age alrededor de la lactancia, no estaría de más un libro que hablara de ello sin gilipolleces, con detalles prácticos, y consejos sin ideologías de ningún tipo. Algo a que agarrarse en una época donde el objetivo es ser perfecto, en un sentido u otro. La lactancia en la naturaleza siempre ha estado del lado de la crianza, y de la supervivencia. No soy veterinario, pero seria curioso hablar con uno a ver que opina del tema. ¿O es que nos creemos mucho mejor que los terneros?