Libros de embarazo de Carlos González, Emilio Santos, Laura Gutman… son autores que nos suenan a algunas o a bastantes de nosotras. Empecé a leerlos por recomendación, porque yo no tenía ni idea de por dónde empezar.
Ahora resulta que sé bastante (o eso creo) de parto natural, lactancia y demás, lo cual supongo que aprovecharé de alguna manera. Pero… no me gustan esos libros. Al final, como cualquier libro cargado de ideología, son talibanes.
Si tienes un parto medicalizado por cualquier razón o deseas dar a luz en un hospital, por aquello de no aumentar el fallecimiento por maternidad, te lapidan sin piedad ni compasión. Tenemos que conocer qué cosas podemos exigir, qué cosas se pueden mejorar, y en eso, sí, los libros de embarazo son los reyes. ¡Pero no nos culpabilicéis por eso! Al fin y al cabo, gran parte del estado de la cuestión, señores doctores, es vuestra. Nosotras también procuraremos hacer lo que esté en nuestra mano para cambiarlo, sobre todo ahora que las mujeres tenemos acceso a la cultura y a la información. Pero culpabilizándonos solo conseguís que nos sintamos malas madres, lo cual, siento decirlo, está muy, pero que muy mal. Ya bastante tenemos encima, sobre todo las que somos primerizas y aún estamos encontrando dónde tenemos nuestra mano derecha.
Además, los libros de embarazo hablan de que a las mujeres embarazadas se nos infantiliza… ¡pero si son ellos los primeros que lo hacen! Piden que nuestro marido o pareja, en caso de que tengamos, nos tengan entre algodones, como si ellos fueran tontos y nosotras también.
Muchos de los pequeños daños colaterales al embarazo que me han surgido con Monstruo, los hemos podido solucionar gracias a la comunicación, hablando mucho, y gracias a su infinita comprensión del estado de la cuestión y de su paciencia (que yo intento compensar como puedo). No hace falta que él pase por el aro como un corderito ni que se convierta en talibán. Cada uno en su rol y en su posición, con su carácter y sus ideas.
Y Laura Gutman… lo siento, pero a veces me da risa. Aún no he terminado de leerme su libro, pero en lo poco que llevo, veo unas cuantas ideas que no me cuadran. Lo de la mamá-bebé aún no lo he comprobado, y ahí es posible que lleve razón. Pero lo de no dar leche por traumas infantiles… señora, ¿quién ha tenido una infancia perfecta absolutamente? ¿Las madres que dan leche la han tenido, y las que no, pues a secarse? ¿De verdad cree eso? Freud, como tal, está desfasado, así que deje de psicoanalizar las tetas ajenas. Un montón de bebés con sus respectivas, se lo agradecerán.
De todos modos, también tengo que decir que el libro de Carlos González, Un regalo para toda la vida, talibanadas a parte, tiene bastantes ideas interesantes y cosas prácticas. Y que el libro de Emilio Santos, Embarazo para torpes, es una buena guía de consulta sobre dudas (aunque tenemos a tocólogos, matronas y médicos también para preguntar).
Y que los blogs de madres y padres también me aportan una visión práctica, de «pies en la tierra», que ninguno de esos libros tiene. Porque en los blogs hay problemas, los niños no son santos y son personas con sus inquietudes, ideas propias y deseos, y los padres son personas con sus miedos, sus emociones, y su vida cotidiana.
Bien, ya me desahogué. Buen fin de semana a todos.
Tomo nota, Verosa, me da que los tiros van por ahí, por seguir lo que uno cree correcto.
Y, sí, el de la lactancia de Carlos González es el que más me ha gustado de todos 🙂
Besitos
Yo en temas de crianza no me caso con nadie… por casarme, no me he casado ni con elpadredelacriatura, asi que imaginate… jejeje
Me molan algunas cosas de todos los autores que dices, y otras, lo siento, me parecen imposibles, y de otro mundo. Eso si, el libro Un regalo para toda la vida me ha ayudado muchisimo en la lactancia, y a dia de hoy aun lo sigo consultando para temas de conservación y extraccion.
Pero es cierto que nada como los blogs y las vivencias personales de madres y padres que tienen problemas como los tuyos.
Animo y besos!