
Madres agobiadas, señores, señoras, por aquí estamos cansadas de los artículos tipo «4 cosas que no debería oír un niño», «15 cosas para una crianza feliz», «55 cosas que todo niño debería vivir para ser feliz», «100 cosas que todo padre/madre debe cumplir».
Y adivinad qué: muchos, me atrevería a decir que la mayoría de los que leemos eso, coincidimos en varias cosas: la primera, que somos padres y madres agobiadas que buscando dar lo mejor a nuestros hijos, perseguimos inconscientemente una perfección en la crianza que es imposible de alcanzar; la segunda, que normalmente entre esos numeritos aparece algo que hacemos más o menos habitualmente y que no deberíamos hacer; y la última, que nos encanta leer este tipo de listas pero poco a poco van cayendo como losas, una tras otra, sobre nuestra cada vez más cargada espalda.
Así que ya que nadie nos pone una medalla, ya os (nos) la pongo yo. A continuación os presento 8 cosas que ya haces a diario y que os hacen felices a todos. Y cuando digo a todos me refiero a eso, a todos, no solo a tu/s hijo/s, si no también a nosotros, padres y madres agobiadas o no, para que también lo disfrutemos, crezcamos en autoestima, nos vinculemos, nos hagamos más inteligentes… Para que sea la leche, oigan.
1. Sonreír, dar besos y abrazar.
Lo haces tú y lo hacen ellos todos los días. Si no es por la mañana, será por la tarde. Y si no, por la noche. Pero siempre hay un momento así en el día por muy difíciles que se presenten las circunstancias. Y si todo va bien, hay muchos momentos de estos cada día. ¡Todo un lujo! Y como madres agobiadas es fácil de conseguir.
2. Enfadarse.
Ellos se enfadan, tú te enfadas, nosotros nos enfadamos. Ocurre muchos días y dependiendo de la cantidad de paciencia, la época del año y el número y edades de los hijos, puede aumentar la frecuencia. Sin embargo, esto es síntoma de que compartís tiempo y vivencias, de que tus hijos no están a cargo de una niñera las 24 horas del día, de que ellos no están reprimidos y tienen la suficiente libertad y confianza como para expresar sus necesidades y sentimientos, de que sois humanos. Si ocurre demasiado a menudo puede generar un sentimiento de malestar con cierta continuidad y entonces es cuando ya no estaría demasiado bien por mucho que te creas del grupo de madres agobiadas.
3. Ver la tele/jugar a videojuegos juntos.
Sí, sí, eso también. Porque mientras comentáis algo de esa serie de perros o jugáis a la Wii le estás dando cierto espíritu crítico, estáis compartiendo sus momentos y estás vigilando que no vea cosas poco adecuadas a su edad. Además, es otra manera de escuchar historias. Cierto que lo visual ya se lo dan mascado pero para crear rara vez se parte de cero y, quién sabe, quizá dentro de unos pocos años sea un youtuber que crea sus propias historias para los demás. Madres agobiadas, liberaos de este lastre por este motivo.
4. Jugar con juguetes o a «como si…».
Vale, a lo mejor no te tiras al suelo todos los días con tus hijos. Pero los momentos en que lo haces descubres que al final te relajas, vuelves a ser niño y te lo pasas mejor que nunca. Y ellos descubren nuevas posibilidades a esos juegos, estrechan vínculos contigo y se cansan y se duermen antes (o no). ¿Me vas a decir que las madres agobiadas no disfrutamos así?
5. Dejarles a su aire en una habitación de la casa mientras tú terminas lo que sea en otra.
Porque la cocina no se recoge sola, la estantería no se cuelga sola o las camisas no se planchan solas, necesitas hacerlo. A ser posible sin niños delante para no terminar el día de tu jubilación.
Así que les dejas tan entretenidos jugando (o peleando) en otro cuarto mientras tú terminas tus quehaceres propios de madres agobiadas, ellos aprenden a gestionar su propio tiempo, a inventar actividades, a estar a su aire sin el control continuo de un adulto. Si hay hermanos, aprenden a relacionarse, a resolver sus diferencias (aunque sea a base de peleas, siempre y cuando no llegue la sangre al río) y estrechan vínculos.
Mientras, tú estás a tu aire un ratito (tampoco te pases y esperes una hora de paz), te cunde más el tiempo y el orgullo te estalla en el pecho al ver que pueden estar solos un tiempo e inventar en qué entretenerse.
6. Pedir perdón.
Ellos lo hacen (si lo han visto hacer) y tú lo haces. La cagaste, lo arreglaste. Tan fácil y tan difícil a veces. Pero así nos recordamos que además de madres agobiadas, somos humanos. Que es muy lícito cometer errores, perder los nervios, estar estresados o cometer errores por mero desconocimiento. Así que también es probable que esto pase a diario aunque sea un simple «perdón, no te he visto y te he pisado sin querer».
7. Dar gracias.
Anda, que esto es más fácil que lo anterior para nuestro orgullo pero más difícil porque casi no nos damos cuenta de cuándo hacerlo.
También lo haces a diario, seguro. Así ellos aprenden a ser agradecidos (que es de bien nacido) y a valorar las pequeñas cosas. A ti te recuerda que lo bueno de la vida pasa a cada minuto y además te sientes bien por hacerlo.
8. Pedir un pollo asado/pizza/hamburguesa.
Este punto es un atentado criminal contra las normas de la alimentación sana, ecológica y deseable para todos.
Peeeero de vez en cuando también es bueno (ojo, todos los días, NO, niente, non). A ellos les enseña que es positivo ser flexible y saber saltarse las propias normas de vez en cuando, disfrutan esa comida con fruición y si lo piden ellos, aprenden a ser más autónomos, resolutivos y a confiar en sí mismos. A nosotros nos libera de cocinar por esa vez, también disfrutamos la comida y no tenemos que recoger cacharros.
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Y hasta aquí los 8 puntos prometidos. Espero que hoy duerman más tranquilos sabiéndose buenos padres y madres. Un alto en el camino para tomar fuerzas y continuar haciéndolo lo mejor que sabemos.
gracias a ti por pasarte 🙂
pues síii!
Consejos muy útiles, peque feliz, Mami feliz, jejeje, gracias!!! Saludos!!
jejeje muy chula la entrada, podríamos resumirla en: relaaaaaaajate y se feliz. Mientras les achuches, les trates bien y les escuches….podéis hacer casi cualquier cosa juntos 😉
Jajaja y tanto, apetece saber que hacemos algo bien 🙂
¡Qué bien sienta un "golpe" de realidad! 😉 🙂
Ya lo sabía, lo hice pensando en ti (bromaaA xD)
Claro que sí! (y ocho es mi número favorito xD)
Me alegro, hace falta de vez en cuando 🙂
Muy buenas. La verdad es que síbamos hace a una sentirse mejor.
Gracias por tus palabras 🙂 La verdad es que a veces la presión nos llega casi sin darnos cuenta y claro, así no disfrutamos ninguno.
Hay consejos que son buenos pero estas ocho cosas son las mejores. No podemos exigirnos tanto, y si nuestros hijos ven que equivocarse es normal y nos lo tomamos bien, ellos aceptarán de mejor manera sus errores.