Que estar embarazada no es estar enferma, es algo que algunas nos repetimos con frecuencia para no olvidarlo. Que sí, que está muy bien eso de que te mimen y demás (incluso a veces, yo confieso, he exagerado un poquito algún cansancio), pero a veces las personas bienintencionadas que encuentro en mi día a día creo que infravaloran la capacidad de una madre con otra criatura (o no) a la que atender. Así que, embarazadas del mundo, para que sepáis qué es lo que NO podéis hacer según el imaginario popular y seáis buenas chicas y no andéis por ahí asustando a la gente, os pongo aquí una lista de las cosas que no puedes hacer embarazada:
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Preñadas yoguis: guardad vuestro poder para la intimidad.
Fuente de la imagen: desconocida. |
¿Que te tienes que atar los cordones de los zapatos o recoger algo que se te ha caído en el suelo de tu casa? Pues llama a tu vecino que lo haga. No puedes agacharte.
¿Que tienes al futuro o futura hermano/a mayor y necesitas cogerle del suelo porque se ha caído? Pues tírale una cuerda y que se agarre para levantarse.
El imaginario popular dice que estando embarazada no puedes agacharte. La razón la desconocemos la primera de estas cosas que no puedes hacer embarazada, quizá sea porque podría favorecer el que el churumbel salga expulsado en tan poco grata posición o porque lo puedas aplastar y dejar más fino que una hoja de papel.
Y cuando digo nada, es nada. Ni un plato, ni una bolsa llena de aire. Nada. Lo de que en el camino de en medio está la virtud es un dicho sobrevalorado.
Que sí, que no te vas a poner a cargar las cajas de una mudanza pero si, como en mi caso, tienes otro/a hijo/a, no te va a quedar más remedio que cogerle en brazos de vez en cuando.
A no ser que inventen una grúa doméstica apta para recoger cualquier cosa del suelo, niños y animales incluidos.
- No acostarse tarde ni salir de fiesta.
Con Monstruita pululando por aquí me quedo con lo de «no acostarse tarde» porque lo de «salir de fiesta» aún lo tengo pendiente, aunque embarazada de Monstruita sí que lo puse en práctica alguna vez (obviamente sin nada de alcohol).
Quizá el imaginario popular se base para esta creencia en cosas que no puedes hacer embarazada en que puedes inculcarle malos hábitos al futuro bebé ya desde el útero. O en que salir de fiesta o acostarse tarde es malo porque eres infeliz, estás forzando a tu propio cuerpo. Como si al cuidar del/de la futuro/a hermano/a mayor no lo estuvieras presionando ya o como si pasarlo bien fuera hacer algo que te disgusta o cansa.
Probablemente si tienes un embarazo con problemas o pesado esto ni se te pasará por la cabeza.
- No escuchar ni enchufarte en la tripa música pop, rock o cualquier otra que no sea clásica.
Seamos realistas, la música clásica la escuchas a veces. Además, no es lo mismo escuchar el Canon de Pachelbel que el Romeo y Julieta de Prokofiev.
Cuando nazca el churumbel, te va a apetecer seguir escuchando a Coldplay, Justin Bieber o Nightwish (mola la mezcla, ¿eh? Lo de Justin Bieber es para que las believers me peten de visitas el
blog, no vayáis a creer.) Así que tienes dos opciones: reventar de «mono» por escuchar tu música o seguírtela poniendo. Total, los padres avezados y experimentados te dirán que, más tarde, no te quedará más remedio que escuchar hasta la saciedad a Los Cantajuegos, Peppa Pig (¿tiene canciones?), o Dora la Exploradora. Así que, por lo menos, disfruta de tu música mientras puedas y obvia la segunda de estas cosas que no puedes hacer embarazada.
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«Nena, siéntate, que se te va a caer la barriga»
Imagen CC de Lawrence OP |
Volvemos a la famosa virtud: una cosa es permanecer seis u ocho horas provocando que tus piernas soporten el peso extra del churumbel y otra aguantar cinco o diez minutos. Se supone que estar de pie es otra de las cosas que no puedes hacer embarazada.
Pero para el imaginario popular cuenta igual una embarazada que esté diez minutos de pie que ocho horas, son cosas impensables. Lo cual, vamos a ser sinceras, se agradece en situaciones tales como cuando vas en metro y no cabe un alfiler.
Claro, luego están los que te ven en la cola del supermercado/parada del autobús/intentando abrir la puerta del portal cargada con una niña de veinte meses en brazos y un bombo de «puedo parir en cualquier momento, cuidao conmigo» y pasan de tu culo. Pero, eso sí, rápidamente cederán su asiento si alguna de su familia o alguna compañera de trabajo se encuentra de tres meses de gestación.
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Venga, ¿os animáis a comentar más? Seguro que esta lista puede ser bastante más larga y entre todas salvaremos el honor de futuras embarazadas.
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