- Mi madre me llama solo para ver si ya estoy de parto o no (mira que la repito que la avisaré… ¿cómo no iba a avisarla?). Supongo que esto se repetirá todos los días hasta que Monstruita decida hacer acto de presencia.
- Monstruo está pendiente de la más mínima señal sobre el parto, para ver si es que he roto aguas, he soltado el tapón mucoso, o las contracciones empiezan a dolerme (bueno, en honor a la verdad, lleva una semana así). Las bromas al respecto de mi parte están prohibidas bajo pena de dormir en el sofá.
- Me he hecho consciente de que ya me he acostumbrado a estar embarazada. Ya no me levanto pensando «uy, si estoy embarazada», y ya veo normales las patadas y movimientos de Monstruita. Así que me da que, una vez fuera tras el parto, la echaré de menos dentro.
- Duermo bien habitualmente, pero cuando paso tiempo sobre un costado, me duele la cadera de ese lado y tengo que girarme. La operación requeriría de una grúa porque, cuando yo me giro, Monstruita no gira conmigo y se queda ahí colgando. Y como no podemos usar una de estas, me tengo que contorsionar utilizando piernas, brazos y adelantando la gimnasia matutina a la noche.
Deja una respuesta